Todo evento que se precie tiene que tener su invitación. Tenemos que comunicar a los invitados que algo bonito viene en camino, y darles información sobre ello. En la primera comunión no podía ser menos, y menos ahora que cada vez se asemejan más a las bodas… Vamos a repasar esas cinco cosas que debes tener en cuenta en las invitaciones de comunión.
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- Un diseño atractivo. La primera comunión es, por definición, un evento tradicional y tirando a clásico. Pero ya sabéis los que me seguís a menudo que a mí lo clásico no me va mucho… Tampoco hace falta elaborar una invitación súper rompedora y que no tenga relación con lo que es en sí el evento (no olvidemos que es un acto religioso) pero sí que dentro de que se trata de algo serio podemos elaborar (o encargar) un diseño de invitación que sea atractivo, tal vez personalizado con algo alusivo a nuestro hijo, sus aficiones, una caricatura, en fin, lo que se nos ocurra.
- Información. La invitación es un acto informativo, además de un primer detalle para tus invitados, así que deberá incluir, sí o sí, el nombre del comulgante, la hora del evento y el lugar.
- Ahorrar es posible. Puede ser que tengas un presupuesto ajustado para organizar la comunión de tu hijo. Por eso, una forma de economizar gastos es hacer las invitaciones tú mismo. Si eres mañoso y te gustan las manualidades, las posibilidades son infinitas. Si por el contrario no lo eres o no tienes mucho tiempo, puedes optar por un diseño más sencillo en el ordenador y enviarlas por e-mail si quieres ahorrar hasta la impresión. Hoy en día estamos casi todos conectados a la red, ¿verdad?
- El texto de la invitación. Además de la información básica de la que os hablábamos, también puedes incluir algún texto alusivo, como un versículo de la Biblia o un mensaje bonito de parte de los padres o incluso escrito por el niño, algo que le dará un toque especial a la tarjeta.
- Puedes usar la invitación a modo de recordatorio, también. Es decir, son cosas similares estéticamente pero no iguales, ya que los recordatorios son un detalle que se da a los invitados al final de la comida como, valga la redundancia, recuerdo de ese día, y la invitación es, como su propio nombre indica, algo previo para anunciar el día y hora. Pero si quieres ahorrar puedes optar por enviar la invitación y no hacer recordatorio, o hacer recordatorio pero llamar a los invitados por teléfono y no enviar invitación. Si optas por la invitación electrónica podrás hacer las dos cosas.
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