Quedan pocos minutos para que nuestro hijo o hija reciba su primera comunión. Seguramente el momento más bonito y emocionante de su corta vida. Nervios, tensión e incertidumbre entre los protagonistas, pero también para los padres y demás familiares que llevan mucho tiempo esperando con ansiedad este encuentro. Pero… ¿cuáles son los pensamientos de los niños antes de comulgar?
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Obviamente no hay una ciencia cierta. Habría que preguntar a los niños qué es lo que estaban pensando. Seguramente nos encontraremos respuestas de lo más distintas. Algunas lógicas, otras sorprendentes. En este artículo voy a hacer de pitonisa. Aprovecharé mi propia experiencia para ponerme en el lugar de esos niños. ¿Qué se les pasará por la cabeza?
Pensamientos de los niños que van a comulgar
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- Rezar. Algunos aprovecharán esos últimos momentos para rezar. Qué mejor manera para encontrarse con el Señor que rezando.
- Mente en blanco. Los nervios aparecerán en esos momentos previos. Y si esto sucede, es probable que el niño o niña tenga la mente en blanco.
- Hacerlo bien. Seguro que todos los niños que van a comulgar lo piensan en algún momento: no caerse, no tropezarse, ir por dónde le han indicado.
- Los regalos de primera comunión. ¿Por qué no? Hay gente a la que los nervios atenazan y otros que, ya desde pequeños, saben controlarlos. Serán estos los que, mientras los demás sólo están pendientes de no mancharse el traje, estarán dándole vueltas a qué le van a regalar sus papás.
- Examen de conciencia. También, por supuesto, habrá pensamientos de los niños que van a tomar la primera comunión que tendrán que ver con el pasado. Con los pocos errores (por la corta edad) que puedan haber cometido.
- ¿Y después qué? ¿Tendré que confesarme muy a menudo? ¿Puedo hacer esto, o no? ¿Y esto otro? Los nervios pueden llevar a los niños a olvidarse de todo eso que le han contado en la catequesis.
- La comida. También los habrá. Claro que sí. Niños y niñas que, aunque les emocione el acto, estarán pensando en la comida con su familia que servirá para homenajearles posteriormente.
- Estar guapo. Los hay coquetos desde la cuna. Seguro que hay pequeños que estarán pendientes de no despeinarse, de cuidar sus zapatos y vestidos. Que todo el mundo recuerde lo guapo que estaba en el día de la primera comunión.
- Responsabilidad. Es un día importante. Una fecha que marcará un antes y un después. En esa iglesia repleta de emocionados padres, algunos de sus hijos e hijas darán vueltas a su cabeza porque tienen una responsabilidad para con su familia y con la institución eclesiástica. Devolverles lo que les han dado.
- Que pase rápido. Seguramente serán los menos, pero también existen. Niños y niñas que, aunque les haga ilusión, sólo quieran terminar. Volver a casa y quedar con sus amigos. También es normal, ¿no?