En una celebración como la primera comunión; en la que se produce una extraña mezcolanza entre tradición, modernidad, emoción, religiosidad… No hay ningún aspecto que pueda dejarse de lado. Cada elemento del vestido, cada palabra, las invitaciones, el peinado, todo tiene su importancia y, en muchos casos, su razón de ser. Las joyas de la primera comunión también.
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Pendientes, sortijas, pulseras, cruces, relojes. Son muchas las joyas habituales de primera comunión. En la mayoría de los casos propias de las niñas. Cada una de ellas representará algo para la niña que la lleve. Tendrá su significado en ese momento y su recuerdo el resto de su vida. Siempre será la sortija, la pulsera o los pendientes que llevó en su primera comunión. Y no es ese un aspecto baladí.
Por ello, hay que elegir las joyas de la primera comunión con pulcritud. Debemos esmerarnos en su elección para que estas, obviamente, vistan bien con el vestido elegido y el resto de accesorios. Pero también es bueno que busquemos joyas con un mensaje. Con un significado. Con el paso de los años eso es lo que recordará nuestra hija.
Las joyas de comunión
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Es común que algunas de estas joyas de la primera comunión hayan pasado por varias generaciones familiares. La abuela, la madre y ahora la hija. O quizás también la bisabuela o la tatarabuela. En algunos casos estas joyas puede que no sean preciosas. Que a la niña no le parezcan tan bonitas como otras que pueda comprar, pero tendrán un significado que irá más allá de la belleza. Sobrepasará esos límites para entrar en una dimensión sentimental. Emocional.
En otras ocasiones estas joyas de primera comunión serán regalos por adelantado. En este caso también tendrán un significado especial. No es la joya que ella misma ha elegido en la tienda. Sino que es el obsequio (la muestra de cariño) de su tía, tío, primo o cualquier otro familiar. Será, por tanto, la pulsera o el colgante que “mi tía Carmen me compró para la primera comunión”.
Finalmente, y no por ello peor, también hay veces que somos nosotros (los padres y madres) los que, acompañados de ella, elegimos las joyas de la primera comunión. Si es así, lo que deberíamos hacer es escoger joyas que puedan usarse con posterioridad. Elementos atractivos para llevar en cualquier situación y no solo en un evento como la comunión.