Vuelvo a escribir en el blog y, una vez más, lo hago con una entrada que busca ayudaros a ahorrar. Son tiempos muy complicados, la mayoría de los bolsillos no son aptos para dispendios y, por lo tanto, cualquier pequeño truco que pueda hacer que gastemos menos dinero será siempre bienvenido. La primera comunión de nuestro hijo o hija puede suponer un importante coste. Sin embargo, hay maneras de lograr gastar poco en una comunión.
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En esta misma web ya os he dado consejos en varias ocasiones para hacer que el gasto de la primera comunión no se dispare. En la mayoría de los casos, la opción más apropiada es hacer nosotros mismos lo que, habitualmente (y si tuviéramos dinero), realizarían los profesionales.
Consejos para una primera comunión barata
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Lo primero es enumerar los aspectos más importantes de la primera comunión y, por regla general, también los más caros: el vestido, el peinado, las invitaciones, el banquete.
Si todo lo anterior lo dejamos en manos de profesionales, la inversión puede ser realmente alta. Para muestra un botón: los estudios reflejan que el gasto medio en España, por familia y por comunión, roza los 2.000 euros.
- El vestido: no voy a extenderme demasiado en este punto porque es un tema ya ajado en el blog. Las opciones más baratas son alquilar o comprar de segunda mano.
- El peinado: si queremos una comunión barata, mejor evitar las peluquerías. Es extraño que no tengamos una prima/o, amiga/o, tía/o, vecina/o, que se maneje bien con el peine. Si no es así, ¿por qué no intentarlo nosotros mismos? Desde luego, amor, le vamos a poner. Y mucho.
- Invitaciones: varias entradas del blog se refieren a este tema. Por repetir de manera somera, lo mejor que podemos hacer para ahorrar en los gastos de la primera comunión es hacer las invitaciones nosotros mismos. No es difícil y en Internet tenemos muchos vídeos que así lo atestiguan.
- Banquete: si un restaurante se nos va de presupuesto, podemos preparar la comida nosotros. No os asustéis, no hay que hacer grandes platos. El protagonista de la primera comunión es nuestro hijo, por lo tanto, pongamos sobre la mesa algo que a él le guste. ¿Le encantan las hamburguesas? Es su día. ¡Viva el kétchup!